Bueno mis queridas y queridos. Acabo de volver de estar tres días en puerto la cruz, una ciudad de punta caribe (efectivamente, playa) viviendo y conociendo uno de los proyectos que más me han impactado en los últimos tiempos. Pero antes os cuento, salimos de Caracas el lunes a las 10 de la noche, el viaje era de cinco horas pero hubo problemas en el camino y llegamos a las 4.30 de la mañana. El contacto de allá tenía un problema familiar (su mujer está embarazada y había una pequeña complicación que, por suerte, se solucionó) y no podía venir. Así que se hizo lo único que se podía hacer en esta situación: ir a la playa a pegarse un baño y a ver salir el sol en el mar caribe.
Las fotos no describen la belleza de eso, así que dejaré que os lo imaginéis.
Y después de comer algo, nos encontramos con José. Intento explicaros la problemática: en Venezuela hay un problema persistente de vivienda. Hay mucha gente, muchas familias, que viven en la calle o en casa de otros familiares. No hablo de un chico joven, hablo de matrimonios con dos y tres niños que tienen que vivir en casa de los padres de uno u otro por culpa de sueldos bajos, de precios altísimos de la vivienda..., y encima tienen que vivir en "casas" en los barrios más marginales que, como mucho están preparadas para unas 4 personas (y llegan a vivir más de 10). Lo que acaba de ser curioso es que las ciudades están llenas de edificios abandonados, a media construcción y que además ahora son edificios del estado (ya que fueron nacionalizados en estos 10 años de gobierno socialista). Pero las cosas son lentas, así que tenemos un antiguo edificio de una empresa petrolera, por ejemplo, casi acabado, con 50 plantas, vacío, y muchos miles de familias que necesitan una respuesta al problema habitacional. Eso es lo que sucedía allí, había un hotel de 5 estrellas, a medio construir, con 150 habitaciones (no amuebladas), sin luz y sin agua, pero con las paredes bien puestas, techo..., y un montón de familias que o tienen que vivir en la calle con sus hijos o tienen que vivir en casa de otros familiares. Pues resulta que 70 familias se organizaron hace casi dos años y decidieron tomar el hotel, ocuparlo vamos, pero las familias enteras, con los hijos y todo y después de dos años, han conseguido poner el sistema de agua corriente (no agua potable) y de electricidad (pinchándola al estado), arreglar las habitaciones y empezar a trabajar en proyectos productivos para ir ganando dinero en este hotel.
Lo mejor es que los proyectos son sociabilizados, un pequeño bar por ejemplo y todos funcionan como una gran familia aunque cada una vive en una habitación diferente. Así, con los pocos coches que tienen, bajan y suben a la ciudad (el hotel está muy lejos, tardamos más de una hora en ir caminando) los que tienen que hacerlo o los que tienen algún trabajo allá. Además, los espacios del hotel son puestos al servicio no de esta comunidad sino de cualquier grupo de gente con necesidades que los quiera usar. Los tres salones que habían, espacios comunes..., pero queda mucho trabajo, quieren arreglar la piscina para dar clases de natación gratuitas a los niños de los barrios más marginales, la cocina y el comedor del hotel lo quieren poner en funcionamiento para poder acoger a más grupos que quiera ir a conocer la experiencia y para reuniones de grupos sociales que están en la ciudad..., en fin, que el próximo día os cuelgo la entrevista que le hicimos a José y, os lo aseguro, vais a flipar. Se que alguno de ustedes sería feliz en un sitio así, un lugar casi paradisíaco, con una playa hermosa bien cerca, con el sol dando todo el día en el lugar (lo que sería un hotel de 5 estrellas vamos), pero sociabilizado. Porque como dicen ellos, "que seamos pobres no quiere decir que no nos merezcamos esto. Y porque la vivienda no debería ser un bien que se mercantilizara si, realmente, es un derecho de todo ser humano"
Ahí os dejo eso, para que algunos sigáis con la envidia...